Llevo un tiempo un poco inactivo con mi blog motivado por mi nuevo trabajo en Barcelona, el traslado y demás... pero lo que últimamente me tiene apartado de la lectura, cine y demás es la situación de mi gato.

Hace unas semanas el pobre estaba muy pachucho, sin apetito y había perdido peso. Una visita al veterinario nos reveló que tenía una insuficiencia renal grave. Los niveles de creatinina y urea superaban en mucho los niveles máximos y nos temíamos lo peor. Varios goteros y cuidados después parece que habían hecho efecto y los niveles bajaron aunque aún seguían por encima de lo deseable.

Este fin de semana ha empeorado bastante, en menos de un mes ha perdido casi un kilo de peso, que en un gato que pesa 3... os podéis hacer a la idea. La ecografía del riñón es absolutamente desalentadora y los veterinarios ya nos han sugerido lo que hacer, que ya os podéis imaginar.

Lo peor de todo es que no estoy con él, aunque no pudiera hacer nada. Yo en Barcelona y él en Vigo con mi novia, que la pobre se está desviviendo para sacarlo adelante. El viernes lo llevará al hospital veterinario de Lugo a ver qué se puede hacer, si hay algo que a los veterinarios se les escape... pero las expectativas son malísimas.

Ahora mismo estoy hundido. Lo quiero con toda mi alma. Mi gato. El que me seguía siempre, que dormía conmigo, se sentaba encima mío, buscándome porque para él, yo era suyo, su posesión. Y él es la mía, y sólo de pensarlo se me desgarra el alma. Cuando le hablo a través del móvil de mi novia se frota y ronronea...

Por favor, lucha, aguanta, se fuerte, vive... Necesito volver a achucharte y a hacerte la puñeta, jugar contigo y oir tus ronroneos. Te quiero.

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Etiquetas: Autor: Dani Serrano