El viernes pasado se estrenaba la adaptación cinematográfica de Green Lantern. Llevábamos tiempo planeando la quedada con el amigo @PacoHernandezs, que había localizado unos anillos superchulos, y contábamos los días. La verdad es que realmente lo de la peli es una excusa para juntarse un rato cuatro frikis y desvariar un rato...
Íbamos bastante precavidos, casi asustados, de las críticas tan feroces que habíamos leído, que la ponían a la altura del betún.
Y no sé si realmente fue por eso mismo, que habíamos rebajado las expectativas a niveles subterráneos o qué, pero lo cierto es que disfrutamos bastante con la película. Incluso uno del grupo, que no es comiquero, la encontró entretenida. Es cierto que no es un peliculón, no te hace llorar por el drama, ni agarrarte al asiento de la tensión, ni replantearte tu vida al apagarse las luces, pero es, simple y llanamente, una película entretenida.
Ryan Reynolds no es un actorazo pero cumple con lo mínimo, los FX están bien aunque algún detalle chirría (en aterrizajes, sobretodo, no creo yo que sea tan difícil hacerlos más creíbles, ¿no?), las peleas están bien, no te pierdes en la acción, las creaciones del anillo están bien hechas... No sé, es que leo algunas críticas y alucino, que si el montaje es desordenado (¿cómorr?), que la historia es horrorosa... No es Watchmen, coño, es Green Lantern. Debe ser un poco triste ir al cine y no dejarse llevar, estar viendo la peli desmenuzándola segundo a segundo. Coño, relajaos, mirad la pantalla, que es un puto superhéroe de los tebeos, ¿qué esperáis?
Repito, no es un peliculón. Tiene fallos. A mí personalmente no me gustó Carol Fenris (Blake Lively, mona y punto), el antifaz que le llega a mitad de la punta de la nariz, que se eche en falta más interrelación con los demás Lanterns, más entrenamiento en Oa, más desarrollo de los personajes... Pero me lo pasé bien. Que ya es mucho, que el cine está lleno de peores películas, coño.
Mira que me cuesta criticar negativamente una obra, más que nada porque sé que detrás hay un trabajo, un tiempo y una dedicación que, con buena fe, desean agradar al público. No me gusta, y últimamente con la red 2.0, no digiero muy bien lo de criticar a lo burro, generalizando y sin argumentar… pero es que este libro no se puede salvar de ninguna forma. Es un auténtico despropósito.
El mercado está saturado de novelas de zombies, eso es cierto. Y de hecho, acababa de terminar la lectura de La Ira de los Justos de Manel Loureiro, y me había dejado un buenísimo sabor de boca cuando comencé con este libro. ¿Porqué me lo compré? Bueno, partía de una premisa diferente, ya había pasado la plaga zombie y el mundo occidental vivía como si no hubiera pasado nada, incluso tenían a zombies en zoológicos... Y además, todo ocurría en Mallorca, isla vecina de mi habitual lugar de vacaciones, y residencia de su autor, Vicente García, editor de Dolmen. Podría resultar curioso.
Pero, ¿qué me encontré? Personajes sin carisma, ritmo inexistente, situaciones absurdas, tópicos por doquier… Un horror. Mira que intenté terminármelo pero lo cierto es que las últimas 30 o 40 páginas las leía en diagonal. Que me diera igual qué les pasaba a los personajes ya es suficiente crítica negativa, ¿no?
En fín, que no hay nada como ser editor y autopublicarse un libro. Nadie te lo va a criticar o corregir. Y, por si acaso, en la última página de tu libro ya anuncias 4 secuelas, toma ya, con dos cojones.
Hoy viernes, sin duda la pasta ficticia que me gastaría en merchandising iría destinada a esta pedazo figura del grande, único e inimitable Christopher Reeve de Superman, que he visto en el blog de Javier Olivares.
Espectacular es poco... En esta entrada del blog mencionado tenéis más fotos e info.
Ayer me compré el tercer libro de Manel Loureiro que concluye la historia de Apocalipsis Z, la primera novela zombie que leí y que me hizo fan de los muertos vivientes. Al llegar a casa, y dado que sigo a Manel en Twitter, decidí pedirle una dedicatoria. A los pocos minutos, ésto es lo que contestó: ¿No os parece increíble el poder de la web 2.0? Ni colas, ni desplazamientos para que un autor te dedique una obra. Vale, no ha firmado el libro mismo, pero en esta era en la que lo digital está cada vez más extendido (e-books, iPads...), le doy el mismo valor. Ahora me lo imprimiré y lo usaré de punto de libro :)